Galletas de avena

galletas de avena

Esta receta me la pasó recientemente mi buena amiga Natalia y, desde entonces, ya la he hecho un montón de veces porque son galletas relativamente sanas, caseras y que se hacen enseguida. Y porque gustan y ya me han pedido la receta más de una vez. Así que he considerado que es una receta que debía compartir también con todos vosotros.

RECETA PARA UNAS 35 GALLETAS

ingredientes

Esta vez no dispongo de fotos del paso a paso, pero la receta tampoco entraña mayor complicación. Consiste en mezclar bien todos los ingredientes. Primero el huevo con el azúcar (el azúcar avanillado que yo utilizo es casero y lo preparo con la receta de la Thermomix, que consiste, básicamente, en moler azúcar con una vaina de vainilla) y la mantequilla (si lo hacéis con Thermomix, mezclar 30 segundos a velocidad 3). Posteriormente, incorporamos el resto de los ingredientes (si lo hacéis con Thermomix, mezclar 40 segundos a velocidad 4).

Precalentamos el horno a 175ºC, calor arriba y abajo, SIN ventilador.

Con la masa resultante formamos bolitas de unos 11-12 g cada una (sí, yo peso cada bolita). Forramos una bandeja del horno con papel de horno y vamos poniendo las bolitas, que aplastaremos cuidadosamente con la palma de la mano para darles forma de galleta (debéis tener en cuenta que su diámetro aumentará algo más con el horneado, así que debéis dejar un espacio entre las distintas galletas, para que no se peguen). A mí me salen dos bandejas en total, apurando un poco el espacio.

Horneamos durante 11-12 minutos.

Una vez fuera del horno, con ayuda de una espátula plana y con cuidado (porque cuando están calientes están blanditas y se rompen con facilidad), vamos depositando las galletas sobre una rejilla con papel de horno por encima y las dejamos enfriar así.

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Las galletas se pueden comer tal cual y están muy ricas. Si queréis hacerlas más golosas todavía, podéis hacer también galletas tipo Príncipe, para lo cual tenéis que fundir chocolate* (se pone el chocolate en un bol de cristal o cerámica en el microondas en programaciones sucesivas de 30 segundos, a plena potencia, removiendo tras cada programación, hasta que el chocolate esté derretido). Dejar templar. Cuando el chocolate esté atemperado, se unta la base de la mitad de las galletas y se cubre con otra galleta, a modo de sándwich. Se deja enfriar (las dos galletas se quedarán pegadas) y ¡listo!.

*Yo lo he probado con chocolate puro valor 0% azúcares añadidos y me ha quedado muy bien 🙂 Con unos 100 g de chocolate probablemente es suficiente. Es cuestión de ir probando y de lo chocolateros que seáis 😉

Flan de huevo

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Muy buenas a todos 🙂

En estas fiestas navideñas me gustaría obsequiaros con una receta tradicional de las de toda la vida que es muy fácil de preparar y muy rica. Se trata del clásico flan de huevo. Os voy a dar la receta de mi madre, que más fácil imposible, así que no tenéis excusa para no hacerlo.

RECETA PARA 5 o 6 FLANES DE HUEVO (dependiendo del tamaño de los moldes individuales)

En primer lugar, preparamos el caramelo líquido.

La preparación del caramelo es un proceso teóricamente sencillo, pero tiene su intríngulis porque alcanza unas temperaturas muy altas y nos podemos quemar. Para removerlo utilizaremos una cuchara de palo (¡¡NO se debe utilizar nada de metal para remover!!). Podemos ponernos también unos guantes de horno, para no quemarnos.

  1. Ponemos en un cazo el azúcar con unas gotitas de limón (el limón evitará que se endurezca el caramelo, pero si echamos demasiado el caramelo no espesará). Calentamos a fuego medio el azúcar, SIN REMOVER (de vez en cuando, podemos mover el cazo, inclinándolo de lado a lado), hasta que se funda (hay que tener paciencia porque el proceso es lento). Entretanto, calentamos el agua en otro recipiente hasta que hierva (yo lo hago en el microondas).
  2. En cuanto se forme un caramelo dorado rubio (no esperar más porque si no amargará), sin retirar el cazo del fuego, echaremos el agua caliente (hemos calentado previamente el agua para que no haya tanto contraste de temperatura entre el agua y el caramelo), despacio y con mucho cuidado porque salta y sale vapor muy caliente, mientras removemos sin parar con la cuchara de palo hasta que se disuelva bien el caramelo.
  3. Una vez disuelto, dejamos hervir a fuego medio hasta que se evapore el agua y el caramelo adquiera la consistencia deseada y esa tonalidad ámbar oscura característica:

Retiramos del fuego y distribuimos el caramelo en nuestras flaneras.

Reservamos a temperatura ambiente mientras preparamos el flan de huevo.

  1. Precalentamos el horno a 175ºC
  2. Batimos todos los ingredientes del flan hasta formar una mezcla homogénea. Opcionalmente, podemos aromatizar la leche con vainilla, bien con extracto o bien con una vaina de vainilla (el procedimiento en este último caso sería el que ya explicáramos en nuestra anterior receta de natillas de vainilla)

    Podemos batir con la batidora o con unas varillas. Es aconsejable no batir con demasiada fuerza porque, de lo contrario, os saldrá una espuma (como en la foto), que luego en el horno se quedará en la superficie de los flanes y dejará una costra fea (evidentemente, es lo que me pasó a mí)… de cualquier forma, como al final se les da la vuelta a los flanes para presentarlos en el plato, tampoco creo que sea una gran tragedia 😉

  3. Repartimos la masa en nuestras flaneras individuales y las ponemos al baño María en una fuente para horno:
  4. Horneamos 40 minutos a 175ºC. Yo pongo la bandeja del horno en la tercera balda empezando por abajo, calor arriba y abajo, SIN ventilador. Antes de sacar el flan, podemos pinchar con un palillo en el centro para comprobar si están hechos, aunque debemos tener en cuenta que el palillo NO saldrá seco del todo. Si no sale masa líquida pegada al mismo, es que están hechos. Cuando sacamos los flanes del horno estarán tambaleantes y puede dar la falsa impresión de que no están hechos. Cuando se enfríen ganarán consistencia. Al sacarlos del horno, los sacamos también del baño María (con mucho cuidado, para no quemarnos) y los dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y después en la nevera, hasta la hora de servir.
  5. Para servirlos, pasaremos un cuchillo por el borde del flan, para despegarlo, y desmoldamos volcándolo sobre un plato (si vemos que no sale, insistiremos más con el cuchillo).

    ¡Mirad qué pintaza!! Pues igual de bueno sabe 😀

Y ya está. Con esta receta tan sencilla de mi madre obtendréis unos flanes perfectos y con una textura muy suave. Ya veis que no es necesario complicarse la vida para sacar un postre rico, rico y con fundamento 😉

¡¡FELIZ NAVIDAD!! 🙂

Magdalenas de limón y semillas de amapola

¡Buenos días!

Hoy os traigo una receta muy rica y original de magdalenas. Mi adaptación personal de un clásico bizcocho inglés, que descubrí recientemente gracias al blog de Bakemania 🙂 En mi adaptación he sustituido la mantequilla por aceite. Veis también que las magdalenas están morenitas, porque en lugar de azúcar blanco, he utilizado azúcar moreno de caña integral. De ahí el color. Vosotros podéis usar el que prefiráis, lógicamente. Esta vez no os pongo fotos del paso a paso porque realmente la receta es sencillísima de hacer y no entraña mayor complicación. La receta que os presento es para 7 magdalenas. Si queréis más, multiplicáis los ingredientes y punto. Así de sencillo 🙂

RECETA PARA 7 MAGDALENAS

  1. Precalentamos el horno a 175ºC
  2. Batimos (con la batidora de varillas) el huevo con el azúcar (que yo previamente he molido) durante un rato, hasta formar una mezcla espumosa.
  3. Incorporamos el aceite y la leche y batimos hasta formar una mezcla homogénea.
  4. Añadimos la ralladura del limón y las semillas de amapola. Mezclamos con la espátula hasta integrar.

    Estas son las semillas de amapola, que en este caso he comprado en la tienda Tiger

  5. Incorporamos la harina y la levadura tamizadas (con un colador) y mezclamos nuevamente con la espátula hasta que la mezcla sea homogénea.
  6. Rellenamos las 7 cápsulas (yo utilizo cápsulas de papel, que introduzco dentro de cápsulas de silicona, para que no se desparrame la masa). ¡Recordad que las cápsulas no debemos llenarlas del todo!, porque luego las magdalenas crecen en el horno.
  7. Horneamos 18 minutos a 175º (yo pongo la bandeja del horno en la segunda balda empezando por abajo), calor arriba y abajo, sin ventilador. Antes de sacar las magdalenas, pinchamos con un palillo. Si no sale limpio, las dejamos 2 minutos más (transcurridos esos 2 minutos, volveríamos a comprobar con el palillo y así sucesivamente). Una vez que el palillo salga limpio, las sacamos del horno, dejamos templar 5 minutos sobre la bandeja del horno y, a continuación, sacamos las magdalenas de las cápsulas de silicona y las dejamos enfriar sobre una rejilla.

Estas magdalenas son muy ricas y esponjosas (según mi madre, las mejores que le he dado a probar). Una manera diferente y golosa de elaborar una receta tradicional 🙂

Panecillos de leche (sin mantequilla)

¡Buenas tardes!

Hoy os traigo una receta de panecillos de leche caseros sin mantequilla (con aceite de oliva), ideal para los almuerzos y meriendas de los peques y de los ya no tan peques 😉

La receta es una adaptación de la del blog «Más dulce que salado», del que soy fiel seguidora. Solo hace falta un poco de paciencia porque es importante respetar los tiempos de fermentación, pero si los he podido hacer yo, que soy una impaciente, los podéis hacer cualquiera. El resultado es muy bueno. Comprobado.

RECETA PARA 6 PANECILLOS

INGREDIENTES

 

  1. Mezclamos en un vaso el agua con la leche tibia, el azúcar y la levadura. Disolvemos en el vaso la levadura, removiendo bien con una cucharilla (cuesta un poquito, pero se acaba disolviendo). Dejamos reposar la mezcla unos 10 minutos, para que se active la levadura.

    Dejamos reposar unos 10 minutos

    Sabemos que está activada porque veremos que se forma espuma en la superficie.

    Notad la espuma en la superficie de la mezcla, que indica que la levadura ya está activada.

  2. Echamos la harina (sin tamizar) en un bol con la sal. Mezclamos bien y hacemos un agujero en el centro (un volcán), en el que echamos una cucharada de aceite de oliva. 
  3. Incorporamos el agua con la levadura activada, junto con el huevo batido. Mezclamos con las manos en el bol. Cuando la masa adquiera consistencia suficiente, la pasamos a una superficie limpia, previamente enharinada, y la trabajamos bien (hacia delante y hacia atrás) sobre dicha superficie durante unos minutos, hasta lograr una bola de masa lisa.
  4. Enharinamos ligeramente la superficie de la bola y la volvemos a meter en un bol,

    Masa en el bol

    que taparemos con un trapo de cocina (si es un bol con tapa, aconsejo NO usar la tapa, sino el trapo de cocina igualmente, para que no se queden retenidos en el bol los gases que se forman durante la fermentación de la masa). Dejamos reposar 1 hora y media, a temperatura ambiente, en un lugar cálido, sin corrientes de aire.

    Bol cubierto con un trapo de cocina

  5. Transcurrido el tiempo, la masa habrá aumentado considerablemente su volumen:

    Ohhhhh… 🙂

    Cogemos la bola de masa y volvemos a pasar a la superficie limpia, previamente enharinada. Desgasificamos la masa, aplastándola con las manos suavemente sobre la superficie.

  6. Dividimos la masa en 6 partes iguales con las que haremos bolas que colocaremos sobre la bandeja del horno, que previamente habremos forrado con papel de horno. Pincelamos ligeramente con agua (con ayuda de un pincel de cocina) y, luego, cubrimos con papel film y dejamos reposar las bolas 40 minutos más. 
  7. Transcurrido el tiempo, retiramos el papel film, volvemos a pincelar las bolas con agua y espolvoreamos con semillas de sésamo (opcional) y horneamos en el horno precalentado a 180ºC durante 15 minutos.

    Panecillo tostado, recién sacado del horno

  8. Dejaremos enfriar los panecillos sobre una rejilla.
 Et voilà!
¡Espero que os gusten! 🙂

Cookies a los dos chocolates (blanco y negro) con nueces

Son una cookies cargaditas de chocolate, que gustan tanto a los amantes del chocolate negro como a los del chocolate con leche, porque el chocolate blanco suaviza y dulcifica el sabor del negro.

Las podemos preparar todo a mano o con ayuda de un robot de cocina.

RECETA PARA 20 COOKIES

  1. Batimos la mantequilla con los dos tipos de azúcar:

    Cubitos de mantequilla a temperatura ambiente.

    Mezcla de mantequilla y azúcar

  2. Añadimos el huevo y el extracto de vainilla y batimos hasta obtener una mezcla homogénea.
  3. A continuación, incorporamos el bicarbonato, la sal y la harina. Esta última la incorporamos en dos tandas, y batimos cada una de las tandas hasta integrar.

    Añadimos la harina directamente, SIN tamizar

  4. Por último, troceamos las nueces y los dos chocolates en trocitos pequeños, los incorporamos a la mezcla anterior y batimos hasta integrar.

    Nueces y chocolate troceados

    Podéis usar chips de chocolate (más práctico) o chocolate troceado. Yo escojo la segunda opción porque así puedo usar el chocolate que quiero, que suele ser chocolate negro Lindt Postres 70% y chocolate blanco Lindt EXCELLENCE con Vainilla de Madagascar. 

  5. Refrigeramos media hora.
  6. Precalentamos el horno a 180ºC.
  7. Forramos la bandeja del horno con papel de horno y vamos poniendo bolas de masa de unos 30 g cada una.

    Ponemos las bolas bien separadas, porque las galletas crecen en el horno

    Aplastamos un poquito las bolas con la palma de la mano:

  8. Horneamos 10 minutos a 180ºC, calor arriba y abajo, SIN ventilador.

    Cookies recién sacadas del horno

    Una vez fuera del horno, con ayuda de una espátula plana y con mucho cuidado (porque cuando están calientes están muy blanditas y se rompen con facilidad), vamos depositando las cookies sobre una rejilla y las dejamos enfriar así.

La receta es una adaptación de la del blog de recetasconencanto.

Estas cookies están muy ricas y son perfectas para un bocado dulce o tentempié (que se lo digan a mi hermano, que se zampó varias del tirón en un ataque de gula!) 😀

 

CARROT CAKE CUPCAKES… ¡con nueces!

¡Buenas tardes a todos!

Sí, hoy es mi cumpleaños. Y para celebrarlo he decidido obsequiarme con una de mis recetas favoritas… ¡mejorada! (si cabe). Se trata de los cupcakes de tarta de zanahoria que ya os presentase en su día, adaptación de la receta del pastel de zanahoria de mi tía Inés. La receta es sencillamente perfecta, como ya os explicase en su día… peeeero, siempre pensé que le faltaba algo… ¡las nueces! Mi foto realmente no es nada afortunada, porque debería haber puesto nueces junto al cupcake en lugar de canela, pero me temo que ya es demasiado tarde para rectificar… Os pido perdón por ello ;D

La receta es la misma que ya os explicase en su día, pero junto a la zanahoria añadiremos también 50 g de nueces picadas. Yo las pico con ayuda de mi grinder maravilloso que, como siempre digo, no es en absoluto necesario, pero sí extremadamente útil 🙂 Como estamos aumentando el número de ingredientes, con esta receta salen fácilmente CUPCAKES en lugar de 8.

Magdalenas sin el frosting… también se pueden comer así y están deliciosas

Vamos, que mi madre los ha probado y ha dicho que están «buenísimos«. Y os puedo asegurar que cuando no le gusta algo no se corta en decírmelo… 😀

Rosetón hecho con la boquilla Wilton 2D, autorregalo de cumple 😉

Con esta receta de verdad que no podéis fallar. Hacedla, porque os aseguro que os va a encantar! ♥

¡Feliz lunes lluvioso a todo el mundo!

SALSA DE ARÁNDANOS casera (o Cheesecake Cupcakes con salsa de arándanos)

Estos cheesecakes están realmente deliciosos. No me cansaré de decirlo. No es exageración. De hecho, si tuviera que recomendar una receta del blog, serían los Cupcakes de Guinness y ésta. Sin ningún lugar a dudas. Los he hecho en casa esta Semana Santa y se relamían, literalmente. Algunos -los que tuvieron suerte- pudieron hasta repetir 😉 ¡Hacedlos!.

Para hacer la receta de la salsa de arándanos me he inspirado en otra que me pasó mi joven colaboradora, a la que recordaréis por su deliciosa receta de Brownie de Chocolate.

Mi joven colaboradora me pasó en realidad una receta de salsa de frambuesas, que resultó ser todo un éxito, según tengo entendido. Pero, por avatares del destino, en lugar de las frambuesas, acabó en mis manos una bandeja de arándanos… de modo que me vi obligada a adaptar la receta. Para mi sorpresa, he obtenido una deliciosa salsa, libre de pepitas, ideal (tanto por sabor como por cantidad) como alternativa para decorar los cheescake cupcakes que ya os presentase en una entrada anterior.

SALSA DE ARÁNDANOS (para 8 cupcakes)

  1. En primer lugar, lavamos bien los arándanos.

    Arándanos bien limpitos 🙂

  2. Ponemos un cazo a fuego medio-alto y echamos el agua con el azúcar, el chorrito de limón y los arándanos. Dejamos que hierva lentamente (blop-blop-blop) durante unos 10 minutos y vamos removiendo, de vez en cuando, con una cuchara de palo (cuanto más va espesando la salsa, con más frecuencia hay que remover, lógicamente).

    Blop-blop-blop

    Transcurrido el tiempo, la salsa habrá reducido y habrá adquirido un apetitoso aspecto:

    Dan ganas de comérsela a cucharadas. Mmmmm…

  3. Batimos esta salsa con la batidora, para lo cual primero paso la salsa al vaso de la batidora (podríamos batir directamente en el cazo pero es complicado porque la cantidad de salsa es pequeña y en el vaso de la batidora se bate mejor). En otro vaso o bol mezclamos la cucharadita de maizena con una cucharada de agua fría.

    Recordad que tenemos que usar la maizena que pone «Harina fina de Maíz»

  4. Volvemos a pasar la salsa, ya batida, al cazo, junto con la mezcla de maicena, y la volvemos a poner al fuego.

    Salsa, ya batida, junto con la mezcla de agua y maizena

    Removemos constantemente con la cuchara de palo mientras la salsa hierve lentamente durante 2 minutos.

    Aspecto final de nuestra exquisita salsa 🙂

Retiramos el cazo del fuego y pasamos la salsa a un bol o recipiente, donde la dejaremos enfriar.

Deliciosa salsa de arándanos casera 😛

CHEESECAKE CUPCAKES (receta para 8 raciones)

Estos cupcakes ya os enseñé a hacerlos en una entrada anterior.

La base esta vez la he hecho con galletas Digestive. La base la podéis hacer tanto con galletas María (mi primera receta) como con galletas Digestive. Yo era reacia a usar las segundas (porque me parecía que las María serían más sanas) pero, una vez hecha la prueba, os aconsejo encarecidamente hacer la base con galletas Digestive porque queda mejor (objetivamente más fina y compacta, más integrada en el resultado final, además de, en mi opinión, más rica). Otro dato importante a tener en cuenta es que si usáis galletas Digestive la proporción de mantequilla debe ser menor porque son galletas más grasas y piden menos mantequilla. Os doy a continuación los ingredientes para hacer la base de 8 cupcakes y que os quede perfecta.

¡El tiempo de horneado!

El resto de la receta sería la misma que ya explicase en mi anterior entrada… con una pequeña salvedad: el tiempo de horneado. Esta vez he hecho los cupcakes en el pueblo, con un horno distinto al que uso habitualmente. En el de mi casa son 18 minutos exactos, pero en este horno, que es mejor que el mío, con 18 minutos era insuficiente y he tenido que dejarlos unos minutos más. Me han quedado perfectos y no se me han agrietado nada, a diferencia del horno de mi casa (que, como he dicho, es bastante malo…).

¡Mirad qué bonitos me han quedado! 😀 ♥♥♥

Para saber si están hechos, me temo que es un poco a ojo. Veréis que cuando están hechos la superficie se abomba un poquito y adquieren una consistencia sólida. Cuando salen del horno y están calientes siempre están un pelín tambaleantes, pero un poco, no demasiado. Eso es lo normal. Si veis que están excesivamente tambaleantes, como si estuvieran líquidos por dentro, dejadlos un par de minutos más y volvéis a testar. Así sucesivamente. El tiempo total de horneado oscilará entre 18 y 24 minutos, dependiendo del horno.

Una vez fríos, decoramos los cupcakes con la deliciosa salsa de arándanos. Mmmm…

¡Recordad que estos cheesecakes se deben conservar en la nevera!. Se aconseja refrigerarlos unas horas antes de su consumo. Lo ideal es hacerlos el día anterior.

Y nada… ya sólo queda degustar con placer ;D

NOTA (actualización 13/04/2016): Si la salsa os ha quedado demasiado espesa, no pasa nada. La diluís con un poco de agua, al gusto, y ya está 😉

DEDICATORIA: esta receta se la quiero a dedicar a tres personas (nada más y nada menos):

1.- A mi maestra, porque sé que esta salsa de arándanos le va a encantar ♥(maestra, a ver cuándo nos escribes una entrada en el blog!).

2.- A mi joven colaboradora, entusiasta nata, sin la cual esta entrada no existiría. MUCHAS GRACIAS. PD: Haz estos cupcakes y luego me cuentas… 😉

3.- A mi hermano, uno de mis críticos más exigentes, que siempre me anima a seguir aprendiendo recetas (aunque sus favoritos indiscutibles sigan siendo los cupcakes de guinness) y responsable directo de que los arándanos acabasen en mis manos, en lugar de las frambuesas 😀

TORRIJAS

Todas las Semanas Santas, en el pueblo, hacemos torrijas. Y esta no iba a ser menos. Hoy os voy a presentar una receta de torrijas tradicional, sin florituras. Estupenda para desayunar, almorzar, merendar… en fin, nunca es un mal momento para degustar una rica torrija.

  1. En primer lugar, lavamos muy bien el limón y pelamos su cáscara (aproximadamente, la de medio limón). Tiene que ser muy fina, sólo lo amarillo, porque lo blanco amarga. Echamos la rama de canela y la cáscara de limón en la leche y la calentamos hasta que rompa a hervir. Cuando comience a hervir, la retiramos del fuego, tapamos el cazo (u olla) y dejamos infusionar 10- 20 minutos, para que la leche coja el sabor de la canela y de la cáscara de limón.
  2. Entretanto, cortamos en rodajas gruesas la barra de pan. La especial para torrijas ya trae marcado por dónde hay que cortarlas, lo que facilita el trabajo:

    Barra de pan especial para torrijas

    Cortamos las rebanadas gruesas

  3. Cuando la leche haya infusionado, la colamos y la echamos en un bol grande. Únicamente cuando esté fría o templada tirando a fría (importante, para que no se rompa el pan), iremos empapando las rodajas de pan en la leche, hasta que estén tiernas:

    Quizás sea mejor no meter tantas rodajas a la vez en la leche, para que luego sea más fácil sacarlas sin que se nos rompan 😀

    Iremos depositando las rodajas sobre una rejilla para eliminar el exceso de leche:

  4. En otro bol, batimos bien los huevos, hasta formar una mezcla espumosa. Podemos echar un par de cucharadas de la leche infusionada en el huevo batido. Rebozaremos bien las rodajas de pan tiernas en el huevo batido:
  5. Ponemos a calentar abundante aceite en una sartén hasta que esté bien caliente (importante, para que se doren las torrijas). Pasaremos las rodajas de pan directamente del huevo a la sartén y freiremos hasta que se doren por ambos lados.
  6. Depositaremos las torrijas sobre papel absorbente, para que absorba el exceso de aceite.

Para servir las torrijas, podemos echar encima miel (si puede ser natural, como la de aquí, que es de brezo, mejor que mejor) o bien podemos mezclar azúcar con canela en polvo (mezclaremos unas dos cucharaditas de canela en polvo por cada 100 g de azúcar) y espolvorear sobre las torrijas, al gusto, con ayuda de un colador.

DEDICATORIA: esta receta se la quiero dedicar, con cariño, a mi tía Viqui y a mi madre. Gracias por enseñarme a hacer torrijas y por transmitirme el amor por la cocina 🙂

CHEESECAKE CUPCAKES de CHOCOLATE BLANCO y GALLETAS OREO (para el cumple de mi sobri)

♥♥♥

¡Buenas tardes!

Hoy os voy a presentar mi creación/adaptación para el cumpleaños de la princesa de la casa -mi sobrina- que mañana cumple 5 añitos. Tenía pensado hacerle una tarta de Nocilla con KitKat -que sé que le encanta- pero tenía por casa un chocolate blanco belga que hacía tiempo que compré para alguna ocasión especial y he pensado que ésta era la ocasión perfecta para utilizarlo.

Esta receta es el resultado de dos pruebas: una sin queso y otra con. Como era de esperar, ganó la segunda. La versión definitiva cuenta con el beneplácito de mis compañeros de trabajo más golosos 😉 La habría hecho en versión tarta pero no disponía de molde desmontable del tamaño adecuado, de modo que finalmente he optado por mi versión favorita: cupcake 😉 Además, este fin de semana pasado estuve de visita en Madrid y compré unas cápsulas de papel monísimas, que eran ideales para la ocasión 😀

RECETA para 12 CHEESECAKE CUPCAKES de CHOCOLATE BLANCO y GALLETAS OREO

BASE

  1. Molemos bien las galletas enteras:

    Galletas en el molinillo: ANTES…

    DESPUÉS: galletas ya molidas

  2. Derretimos la mantequilla al microondas hasta que se torne líquida. En un plato, mezclamos bien la mantequilla derretida con las galletas molidas, con ayuda de una cuchara o tenedor:

    Galletas molidas con mantequilla derretida: ANTES…

    DESPUÉS: Mezcla de galletas molidas y mantequilla derretida

  3. Preparamos 12 cápsulas. Yo utilizo cápsulas de papel, que introduzco dentro de cápsulas de silicona, para que no se desparrame luego la masa del cheesecake. Rellenamos la base de las cápsulas con la mezcla anterior y la prensamos bien con una cuchara.

Metemos las cápsulas a la nevera, mientras preparamos el resto de la receta.

CHEESECAKE

  1. Troceamos las galletas Oreo en trocitos pequeños:

    Yo utilizo este aparato, que se supone que es para frutos secos, pero que trocea las galletas a la perfección 😉

    Galletas perfectamente troceadas 🙂

    Reservar.

  2. En un vaso mezclamos el sobre de cuajada con la leche:Reservar.
  3. Ponemos a calentar la nata en un cazo, a fuego medio (4 de 6), junto con el extracto de vainilla y el chocolate blanco cortado en trozos. Removemos continuamente con una cuchara de palo, hasta que se disuelva el chocolate.

    Removemos continuamente

  4. Sin retirar el cazo del fuego, añadimos la leche condensada y la cuajada y seguimos removiendo sin parar.
  5. Por último, añadimos el queso y seguimos removiendo sin parar, hasta obtener una mezcla homogénea. No retiraremos el cazo del fuego hasta que la mezcla rompa a hervir.

    No debemos dejar de remover, para que no se pegue la mezcla al fondo

    Cuando la mezcla rompa a hervir, ya podemos retirar el cazo del fuego y dejamos templar un par de minutos.

  6. Transcurrido el tiempo, echamos las galletas troceadas:Y mezclamos con la cuchara:

    Este es el aspecto de la mezcla final

  7. Rellenamos las cápsulas con la mezcla anterior:

Dejamos templar los cupcakes a temperatura ambiente mientras preparamos el topping o decoración 😉

DECORACIÓN

La decoración de nuestros cupcakes es extremadamente sencilla. Únicamente tenemos que moler las galletas Oreo enteras, tal y como hiciéramos para preparar la base, y espolvoreamos las galletas molidas sobre cada cupcake, para lo cual nos podemos ayudar de una cucharilla. Como remate final, podemos decorar cada cupcake con una minigalleta Oreo:

Estos cheesecakes se deben conservar en la nevera. Se aconseja refrigerarlos unas horas antes de su consumo. Lo ideal es hacerlos el día anterior.

Para servirlos, retiramos el molde de silicona y servimos en el de papel:

Mis cápsulas de papel, que desafortunadamente no eran muy buenas (ver NOTAS al final de la entrada), venían con estas banderillas decorativas tan monas 🙂 ♥

Y nada, esta vez no hay fotos de los cupcakes empezados (para que podáis ver cómo son al corte) porque, como he dicho, son para el cumple de mi sobri y tengo que reservarlos (ainssss).

NOTAS:

  • La base de galletas Oreo no necesita tanta proporción de mantequilla como la de galletas María, por lo que la proporción de mantequilla debe ser menor, sino queréis que la base sea demasiado grasienta.
  • Como ya os dijera en su día, es fundamental que las cápsulas de papel que empleéis sean de buena calidad, porque sino se quedaran totalmente grasientas y pegadas al cupcake. Hay marcas que resisten bien y otras que no. Por regla general, las cápsulas de los chinos (al menos, las que yo he probado) son de mala calidad y las desaconsejo. Marcas como House of Marie o Vestli House son muy buenas y resistentes a la grasa. Paradójicamente, las cápsulas Wilton tampoco resisten adecuadamente, así que tampoco las aconsejo.

Pancakes (tortitas americanas)

Buenos días 🙂

En días como hoy, en los que me levanto sin prisa por tener que ir a trabajar, me encanta prepararme con calma un desayuno de lujo. Podrían haber sido unos crêpes, pero hoy me apetecían unos ricos pancakes.

RECETA PARA 3 PANCAKES GRANDES (o más, si son pequeños)

  1. Derretimos la mantequilla al microondas.
  2. Batimos todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea:
  3. Calentamos una sartén antiadherente a fuego medio. Cuando esté bien caliente, echamos un trocito de mantequilla o un poquito de aceite. Cuando se derrita la mantequilla, echamos masa en la sartén, hasta formar el tamaño deseado de la tortita:

    Ya os he dicho que yo he hecho tortitas GRANDES 😀

  4. Dejamos que se cocine durante aproximadamente 1 minuto.

    Veremos que se llena todo de burbujitas

    Y le damos la vuelta, para lo cual yo me ayudo de una espátula:

    Perdón por la foto horrible y movida, pero es que la he sacado yo misma mientras le daba la vuelta al pancake y esto es lo mejor que he podido conseguir…

  5. Dejamos que se cocine por el otro lado, también durante aproximadamente 1 minuto.

      Y ya tenemos listos nuestros pancakes! 🙂 (¡¡qué ganas de desayunar ya!!)

    Como sugerencia, podéis acompañarlos de miel. Ricos y sanos 😉

NOTA (actualización 13/04/2016): Si hacéis los pancakes en una sartén pequeña, os saldrán unos «mini»pancakes de rechupete (con la sartén de 18 cm y esta receta a mí me salen 6). De hecho, así es como los suelo hacer actualmente. ¡Probadlos!. Ah, y uso aceite de oliva virgen extra para la masa (y para freír), porque quedan muy bien (en casa, de hecho, gustan más así que con mantequilla) y así son más sanos 😉